martes, 2 de marzo de 2010

Idoneidad cero de la mayoría de los candidatos no enderezará a la Corte

Un título de “Doctor en Derecho” no es sinónimo de excelencia académica ni de idoneidad, ni hace apto a un abogado para pretender el cargo de ministro de la Corte. Las audiencias públicas de la semana desnudaron la baja calidad de la mayoría de los postulantes y el desinterés del Consejo de evaluar como se debe este proceso.

La baja calidad de la mayoría de los candidatos al cargo de ministro de la Corte Suprema de Justicia demuestra que el problema de la justicia deficiente en este país tal vez no se solucione con llenar las dos vacancias en la máxima instancia judicial nada más.

El problema de un Poder Judicial inservible y políticamente prostituido persistirá si un abogado ocupa la silla de ministro de la Corte siendo un “Doctor en Derecho” que no sabe hilar un mínimo de ideas coherentes, no puede terminar una oración sensata, tiene un promedio académico de 2,31 y su único mérito es ser amigo incondicional de Juan Carlos Galaverna o responder al Partido Unace.

De los 46 postulantes, por lo menos 30 de ellos no supieron responder a cuestiones elementales para este cargo como su opinión respecto a la independencia del Poder Judicial, o sobre el cuoteo político. Las anécdotas fueron el refugio de estos “doctores” con años y años en el ejercicio del derecho y vasta experiencia judicial, según sus currículos.

Los asistentes al ciclo de audiencias públicas, desarrolladas en la semana, manifestaron en los pasillos de la Universidad Americana su disconformidad con el proceder del Consejo de la Magistratura, presidido por el diputado oviedista Gustavo Mussi, en cuanto a no tener en cuenta los nefastos antecedentes de los concursantes. (Ver infografía)

La participación civil más ruidosa de la semana de audiencias fue, sin duda alguna, la de las víctimas del Ycuá Bolaños, quienes opinaban que los jueces Aguirre, Martínez Prieto y Peña ni siquiera podían postularse al cargo vacante.

Letra muerta

“...gozar de notoria honorabilidad”, es uno de los requisitos, para integrar la Corte Suprema de Justicia, establecidos por la Constitución Nacional en su artículo N° 258. Este fragmento parece no existir para los miembros del Consejo de la Magistratura, organismo creado exclusivamente para elegir candidatos para llenar vacancias en el Poder Judicial.

Prueba de esto es la terna para la Justicia Electoral para reemplazar al ministro electoral Rafael Dendia compuesta por Modesto Monges, candidato del Unace que en el 2005 estuvo envuelto en un escándalo en su partido y fue imputado por falsificar actas en la interna del partido oviedista; Mirtha González de Caballero, quien se prestó a una maniobra para favorecer a Víctor Bernal en el juicio que se le sigue por corrupción; y Jorge Rolón Luna.

Hay una mafia política que maneja los hilos en la justicia y se encarga de olvidar el requisito de idoneidad para designar a alguien en un puesto, solo importa el color partidario y las influencias para colocar a los recomendados que solamente son útiles para una minoría corrupta.

Menos mal que este es un año electoral. El TSJE tiene una vacancia hace más de un año ocupada irregularmente; el Consejo de la Magistratura retiene de forma ilegal e inconstitucional la terna para la conformación debida del Tribunal Superior; se designó vicepresidenta a la tercera integrante, violando el Código Electoral; los otros ministros –Juan Manuel Morales y Alberto Ramírez Zambonini– no se dirigen la palabra y el primero maneja la institución porque cuenta con el voto y apoyo de Myriam Cristaldo, la tercera “ministra”.

Reglamento

El reglamento de Mussi fue duramente cuestionado y tachado hasta de inservible.

En su artículo quinto se establece que las objeciones a los concursantes debían presentarse por escrito hasta un día antes de la audiencia en la Secretaría del Consejo de la Magistratura, de 08:00 a 14:00.

“Las objeciones serán trasladadas a los concursantes para ser respondidas verbalmente en la audiencia”, disponía.

El Centro de Estudios Judiciales (CEJ) protestó porque el objetivo de presentar las observaciones con antelación es que el candidato se entere de ellas y se refiera a las mismas sin necesidad de que se vuelva a repetir durante la audiencia.

“Si ello no es así, lo presentado por escrito antes carece de sentido, a más de convertir en letra muerta el reglamento dictado por el propio Consejo”, firma el CEJ.

Contra Rodrigo Escobar Espínola y Raúl Battilana Nigra fueron presentadas objeciones en tiempo y forma y ninguno de estos se refirió al tema peticionado en sus exposiciones, lo que supone que el Consejo de la Magistratura filtra los cuestionamientos más fuertes contra sus predilectos para presentarlos como candidatos “potables”.


Fuente: ABC Color 27/02/2010

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