lunes, 23 de noviembre de 2009

Sin dignidad

En la próxima Constitución habría que prohibir taxativamente la elección de cachafaces y caraduras como representantes del pueblo. Instalados en el curul y con un plus de mayor poder, esta clase de gente se creen los dueños de las instituciones donde se instalan cuando que en realidad son apenas una pieza del engranaje movido por otros.

Sabíamos y lo dijimos en su momento que el diputado Gustavo Mussi estaba cumpliendo el papel de troglodita en su carácter de presidente del Consejo de la Magistratura solo para cubrir a su verdadero jefe, no el pueblo que lo eligió, sino el general que le puso en la lista, a quien verdaderamente se debe como “representante del pueblo”.

Dijimos también y lo adivinamos que la Cámara de Senadores no tendría la dignidad de corregir la barbaridad que Mussi hace cometer al Consejo de la Magistratura, negándose rotundamente a enviar al Senado la terna de candidatos que dicho cuerpo legislativo debe recibir para elegir a uno de los tres para sustituir a Rafael Dendia, quien renunció como miembro del Tribunal Superior de Justicia Electoral.

Cuando el Senado tendría que estudiar y aprobar el pedido al Consejo de la Magistratura para que envíe de inmediato la terna de candidatos a reemplazar a Dendia, se retiraron presurosos los oviedistas, seguidos de los colorados, inclusive de unos pocos liberales.

¿Qué significa esto? En primer lugar que el pobre Mussi estaba haciendo el trabajo sucio nomás, se estaba embarrando solito. Estaba haciendo el aguante a los verdaderos autores del golpe institucional en curso en la Justicia Electoral.

En segundo lugar, que existe una verdadera conspiración para torpedear la racionalidad en cuanto a la toma de decisiones en las instituciones encargadas de velar por el veredicto popular, en este caso de la Justicia Electoral.

Según el orden legal, el Consejo de la Magistratura debe llamar a concurso, seleccionar a los mejores y, luego de elaborar una terna, enviar esta al Senado para que uno de sus miembros sea elegido. Esto no ocurre desde el 24 de agosto pasado sencillamente porque los miembros del Senado de la Nación carecen de dignidad y coraje cívico para hacer respetar su investidura y se doblegan ante cualquier propuesta de compartir beneficios mediante transacciones inmorales.

¿Cuál es la propuesta indecente? Que la vacancia dejada por Dendia tenga que ser cubierta por un oviedista. El oviedista está en la terna, pero el mismo no garantiza la cantidad suficiente de votos para ser confirmado, a lo que se hizo la contrapropuesta de convertir en oviedista a la cuota colorada de la terna, algo que tampoco reúne los votos necesarios para su confirmación, y tal vez no logre transmitir absoluta confianza a los propios oviedistas.

A este enjuague se sumaron algunos liberales que también se retiraron de la sesión del Senado en que debía ser tratado el pedido al Consejo de la Magistratura de remitir de inmediato la terna.

O sea que están casi todos metidos en una negociación oculta y artificiosa para sacar tajada de un paquete de cargos (Fiscalía, TSJE, Corte, Defensoría, Contraloría y tal vez otros) sin advertir las consecuencias de sus conductas ambiciosas.

Paralelamente en Diputados salvaron de ir a juicio político a la cuota colorada en el TSJE y pusieron en aplazamiento a la cuota liberal, de lo que se deduce que no es necesario respetar la institucionalidad con tal de sacar un resultado favorable al oviedismo, situación que de paso aprovecha la interna liberal para renovar su cuota en el TSJE. Los colorados, como siempre más duchos en la materia, se aferran a lo que tienen, sin arriesgar nada en un terreno que ya no controlan absolutamente.


Fuente: Diario ABC Color 21/11/2009

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