lunes, 21 de junio de 2010

El CM y el JEM deben recuperar la institucionalidad y colaborar con la Justicia

El Consejo de la Magistratura (CM) y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) son piezas claves en el funcionamiento de la Justicia. Por lo tanto, no pueden estar en manos de oportunistas, irresponsables o manipuladores. Los nuevos miembros designados deben cooperar con eficacia - sin partidizarlas- para que esas instituciones recuperen su credibilidad y beneficien a la ciudadanía en general.

Como expresión de la distorsión a la que someten los políticos a las instituciones, el CM y el JEM han estado severamente contaminadas por la manipulación política. Fueron colocados allí por sus grupos de poder para actuar como puntas de lanza de sus respectivos proyectos y para actuar de manera sectaria y antipatriótica.

Sin cumplir a cabalidad las funciones que les fueron asignadas por sus respectivas leyes de creación, los representantes de la Cámara Baja desempeñaron el triste papel de ejecutores de la injerencia de los políticos en la Justicia. Utilizaron su poder para hacer proselitismo a favor de los intereses particulares de sus partidos y favorecer a recomendados ignorando la capacidad.

Con el criterio de que los cargos estaban al servicio de los intereses de su sector, olvidaron que su tarea de elegir a los candidatos a desempeñar tareas muy sensibles dentro de la administración judicial - en el caso del CM- como de juzgar la conducta de los jueces y fiscales - papel del JEM- debían ser realizados bajo parámetros de probidad, honestidad y sentido de responsabilidad.

Las trabas puestas por el diputado Gustavo Mussi, quien ejerció la presidencia del Consejo de la Magistratura, para el reencauzamiento de la institucionalidad de la Corte Suprema son parte de la estrategia trazada por el Partido Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace) para ganar espacios de poder con miras a las elecciones del 2013. Son también la muestra de la manipulación sectaria de un poder destinado al servicio público.

Las nuevas designaciones de Diputados tampoco garantizan que las dos instituciones van a modificar su rumbo. Podría ser simplemente un cambio de operadores políticos.

Los diputados que están en el CM y en el JEM, así como sus demás miembros - ejerciendo la representación de otros sectores de poder- deben asumir una posición diferente a la que hubo hasta ahora. Es hora ya de que terminen las manipulaciones, el tráfico de influencia, la injerencia política y otros vicios que entorpecen la designación de magistrados probos y el castigo de los jueces que actuaron al margen de las leyes.

Lo que la ciudadanía espera con impaciencia de los nuevos representantes de la Cámara de Diputados y los demás integrantes de ambos órganos es que seleccionen con sentido de excelencia los candidatos a magistrados, aceleren los procesos para las designaciones, no retengan las listas especulando por coyunturas políticas y que juzguen justamente a los administradores de justicia denunciados por malas prácticas en el ejercicio de sus responsabilidades. Esas son sus obligaciones ineludibles.

Fuente: Última Hora 19/06/2010

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