martes, 4 de mayo de 2010

Una sentencia que abre el camino para cercenar la libre expresión

La jueza funda su sentencia con el mismo grado de subjetividad que atribuye a nuestro diario.

La magistrada toma términos publicados por ABC Color para afirmar que se obró maliciosamente en desmedro del demandante, el camarista Carmelo Castiglioni.

“No puede la prensa con medias verdades o afirmaciones infundadas que carecen de veracidad afectar la dignidad de las personas , pero no solamente de la imagen del juez sino de la persona misma en su dignidad. El derecho está construido como un equilibrio en el balanceo de derechos y deberes, y en este caso la parte demandada ha afirmado que hubo mucha injerencia política” en la decisión del fallo que es lo que fue objeto de comentario de la prensa. La primera parte en la que dice que “sospechosamente” estudió el fallo en menos de dos meses, adquiere relevancia jurídica al conectarlo con la segunda parte de la publicación en la que dice que hubo injerencia política. De la lectura de la mencionada publicación surge que hubo un menoscabo en la dignidad, ya que decirle a un juez que no mantiene la imparcialidad y además pedir que intervenga el Jurado de Enjuiciamiento, sin haber mirado el expediente es grave”, dice el fallo.

La jueza no menciona o no quiere recordar que sus mismos colegas opinan que la falta de celeridad para la resolución de los casos es un déficit de la justicia. El 14 de abril de 2009, el ex síndico de Quiebras y actual camarista Amado Verón dijo que entre los aspectos que deben ser mejorados está la morosidad. Lo hizo ante integrantes del Consejo de la Magistratura que evaluaban a candidatos a la Corte Suprema de Justicia.

En el caso de González Macchi llamó poderosamente la atención la celeridad con que actuó el camarista preopinante para emitir su voto absolutorio para el mandatario que había sido condenado en primera instancia a seis años de cárcel por instigar a desviar a los Estados Unidos los 16 millones de dólares que eran de la liquidación.

Pero como lo de “sospechosamente” no tenía fuerza la jueza lo conectó con la frase “injerencia política”, que estaba en otro párrafo de la información cuestionada.

En el informe de gestión de 2008, el entonces presidente de la Corte, Víctor Núñez, reconoció la “injerencia política” en las decisiones judiciales, así como lo hicieron numerosos magistrados cuando solicitaron la inamovilidad como garantía de independencia.

La jueza afirma que nuestro diario no tuvo la posibilidad de conocer los argumentos de la sentencia absolutoria. A modo de prueba dice que los camaristas publicaron el fallo el 20 de setiembre de 2006 y ese mismo día se difundió la información en nuestro diario.

Pero la jueza omite que este fallo ya fue dictado por la Cámara de Apelaciones el 15 de setiembre de 2006, cinco días antes de la publicación en nuestro diario.

Es más, un día antes el diario colega Ultima Hora publicaba “Jueces liberan a González Macchi por desviar dólares”.

Todas estas manifestaciones son dudas que debían ser despojadas y en estos casos el órgano natural lo constituye el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, en donde rige la presunción de inocencia. Sugerir su intervención no implica una condena.

La jueza enfatiza su resolución en la persona de Castiglioni, pero olvida que es un hombre público y que el tema en cuestión era de interés general.

A todas luces es inconstitucional este fallo que la jueza ratifica que se debe criticar adjetivos, sin explicar cómo se podría hacerlo sin emitir calificativo.

La confirmación de este fallo constituirá una “mordaza” para los medios de prensa que osen criticar las resoluciones judiciales

También lo será para aquel ciudadano que desee expresar sus dudas o indignación por sentencias que en nada conforman como ocurrió con los casos de los ex presidentes Juan Carlos Wasmosy, González Macchi y Nicanor Duarte Frutos,

En contrapartida se convierte en reaseguro para los que anteponen los intereses particulares a la hora de dictar sentencia.

Fuente: ABC Color 12/04/2010

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