La Fiscalía General del Estado se volvió la niña bonita de la Justicia.
No es para menos. Presidir el Ministerio Público otorga un poder fáctico y político, además de otros estímulos necesarios, de los cuales varios de ellos pueden ser utilizados con un afán netamente personal.
Son 57 los interesados por ocupar el cargo. Provienen de distintas esferas. Algunos de ellos tienen alguien que les dice que les va a ayudar. Otros quieren hacer prevalecer su relación con el poder. Están los que creen que por fin se estudiarán los méritos académicos y profesionales, mientras que están aquellos que por “si acaso”, se presentan,
Es que todo está supeditado a las condiciones políticas y en nuestro país lastimosamente no hay garantías de estabilidad en ese sentido.
Hace tres años el Consejo de la Magistratura conformó una terna netamente colorada. El Senado, tras algunos acuerdos que no contempló al oficialismo, eligió a Agustín Lovera Cañete como nuevo ministro. Pero el presidente de la República, Fernando Lugo, sin dar explicación alguna vetó el nombramiento. Hasta ahora esa terna está congelada en el Senado.
La Justicia Electoral permitió que Nicanor Duarte Frutos se candidate para senador. El ex mandatario fue electo, pero el Senado no le dejó asumir.
La Corte Suprema de Justicia confirmó la elección, pero el Senado optó por hacer caso omiso a la Corte. Dijeron que la resolución violaba la Constitución, pero contradictoriamente ningún senador quiso hablar de la posibilidad del juicio político a los ministros que firmaron el fallo.
Hace un año y dos meses que el Consejo de la Magistratura conformó la terna para la Justicia Electoral y su estonces presidente, el oviedista Gustavo Mussi, se encargó de congelar para complacer a su partido.
Tanto se demoró que renunció una de las integrantes de la terna y esta es la hora que el Consejo no puede volver a conformarla.
El Consejo tampoco conformó otra terna para la Corte Suprema de Justicia, proceso que se inició en los primeros meses del año.
Un Senado que funciona con 44 de sus 45 miembros, una Corte instalada con siete de sus nueve miembros y un TSJE que resuelve con dos de sus tres integrantes. Un Presidente de la República que va por su lado, un Vicepresidente que va para el otro, y parlamentarios que solo defienden sus intereses.
Una peligrosa combinación que hace concluir de que el inusitado anhelo de ser el nuevo fiscal general del Estado está lejos.
Así como están las cosas, habrá Candia Amarilla para rato, Ni siquiera se preocupó por la reelección. Se dio cuenta de que no es necesario...
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